martes, 27 de mayo de 2014

Falsas esperanzas



¿Creéis que vuestras inútiles intenciones son un rayo de luz sobre la obscuridad? ¿Creéis ser un átomo de Demiurgo? ¿Creéis que os temen? ¿Que sois una preocupación para ellos? ¿Creéis ser seguidores de la salvación? ¿Que no seréis tragados por el volcán? Creéis que estáis en el “buen camino”. Pero sólo estáis en su camino. Estáis inmersos en el plan de la falsa esperanza. Nada grandioso os espera. Ni siquiera una renta básica. ¿Creéis que la nueva religión será mejor que la antigua? ¿Que vuestro aire no seguirá contaminado? ¿Que sois células de la regeneración? Vuestro júbilo es una inyección programada de mentiras. Sólo sois la nueva carne de los nuevos mataderos. Los portadores de la semilla. Vuestros cerebros transgénicos cubiertos de metal líquido. Comunicándoos en la nueva lengua dada. Un lenguaje limpio y muerto. ¿Creéis que la esperanza no es una farsa? ¿Creéis poder salvaros? ¿Creéis en algo realmente? ¿Queréis creer en algo? Creer en esto: Todo es falso, no hay esperanza, todo está programado. Y es demasiado tarde para que encontréis vuestro botón.  



Dibujo de Leonardo Da Vinci

martes, 20 de mayo de 2014

En la hora


En la hora de nuestra hora. Anunciada por el gallo. Buscar mi hálito en el espejo como única prueba. Vosotros que habéis acompañado a un hombre ahogado. Vosotros que os habéis jactado de invitaciones. De invitaciones a siestas de dolor. A noches eternas ahogadas. Sudorosas. En las que chocamos con porosos cuerpos negros. Traed al ermitaño que me tenía en sus sueños. Traedlo a mi lecho de muerte y semen para tener la gran charla. Ahora que no tengo nada que temer ante sus reproches. Reproches del espectro oscuro y la llama ancestral. Traedlo y dejar que mire mi rostro. Que huela mis llagas. Aguantad la risa ante su compasión si queréis. Pero abridle paso y dejad que coja mis manos si así lo desea. Que presuma con falsa modestia de su concha, si así también lo desea. Dejad que sea él quien tanto tiempo ha estado esperando este momento diga las últimas palabras. En la hora de nuestra hora.  




lunes, 19 de mayo de 2014

Pensiones


En una de la calle Escudellers. Sitiada de chulos. De paquistaníes o Indios. De Yonquis. Con el olor del primer orín. De la saliva seca. Asfixiado por la humedad. Que me seca por dentro. Los pasos fuera de la habitación son un ritual. Entran en mi cabeza como tambores golpeados por huesos. Las prostitutas gritan como brujas. Todo es sucio en la habitación. Los desconchones de la pared muestran las caras de la muerte y el tiempo. Todo es sucio. Yo soy lo más sucio a cualquier hora del día. Con esta piel grisácea llena de humo. Que se extiende sobre su propia caída. Oyendo el sonido de los huesos rotos con los que trabajarán mi cuero después de caer bajo el hacha del primer hueso. No quiero una caja cualquiera, quiero un sarcófago. En el que salir de esta habitación. En una procesión de fluidos y chismes. De no nacidos. Pringosos. Una procesión eterna. Que sólo es una pensión más.





viernes, 16 de mayo de 2014

Los ahorcados


Los hay que buscan un árbol, un árbol al lado de una poza, en las afueras de la ciudad, lo normal es que lo encuentren a los dos o tres días, el cuerpo digo, no el árbol; otros eligen un árbol dentro de un parque infantil, es encontrado el mismo día, el cuerpo, claro, por la mañana temprano. Los hay que prefieren la barra de las cortinas, usando el cordel de las persianas o incluso el cable de alimentación de una radio. Los hay que se suben en una silla de salón elegante, o los que se suben a una piedra no más. Los que se parten el cuello al instante y los que se ahogan durante minutos. Los valientes o los cobardes. Los tozudos o los arrepentidos del último suspiro. Los hay que atan una cuerda a un balcón exterior y saltan hacia delante, adornando la fachada de un edificio; esos son los que quieren dejar un mensaje, los que quieren una muerte como su paso por la vida prefieren las cocheras cerradas o las casas de campo. Los culpables en la Ciudad del Sol se ahorcaban sobre una gran columna. Pero eso era en la Civitas Solis. Ahora, los ahorcados no son condenados por nadie, aparentemente, sólo por ellos mismos. Pero todos sabemos que el primer Sol de la primavera es el verdadero asesino. El verdadero juez de nuestros delitos y nuestros miedos. Que llega pidiendo con ansiedad sus sacrificios. Su alimento. En dos semanas ha tenido dos. ¿Cuántos más no soportarán el rayo? ¿Cuántos llegarán al siguiente invierno vivos después de la flama de muerte de esta ciudad?. ¿Cuántos conseguirán dormir el dolor antes de la nueva primavera y la vuelta de nuestro Dios? ¿Cuántos árboles quedarán después de este largo verano?





lunes, 12 de mayo de 2014

El Criminal


Podrían ser las calles de Tánger. Las sucias calles de Tánger. Las oscuras calles de Tánger. Aunque se empeñen en el parentesco no existe el lazo. Un criminal no regatea. Coge lo que necesita. Lo expropia, políticamente, lo roba moralmente. El opio es una cama. Un armario para las pistolas. El criminal esconde su piel bajo el negro. Sus ojos no son más que una cristalera de confusión interna. Las empuñaduras también hacen callos. Pequeñas marcas de trabajo y muerte. La calina es la anunciación después de la flama. El criminal olvida. El criminal fue un hombre. El criminal ahora es un personaje. Un extraño por las calles de Tánger. Las sucias calles de Tánger. Las oscuras calles de Tánger dónde no hay criminales, sólo cuerpos perdidos. Llenos de un amenazante miedo. A la verdadera Diosa Sombra y sus hijas. Y no al falso profeta. El criminal suda y huele la hierbabuena de los cafés. Por un instante ve la imagen de por qué está ahí. De qué huye. De qué país. De qué Estado. De qué hombres o personas. En las sucias calles de Tánger que siguen ahí fuera. Las oscuras calles de Tánger. Con sus brazos y sus caderas. Con sus almendras y sus lenguas que no son más que un sueño pegajoso donde la palabra habibi es la última calada de una pipa. Y el cuerpo del criminal se convierte en una piedra roja bajo el negro. Un cuerpo seco sin olor.  



Tatuajes de Criminales y prostitutas, Errata Nature. 

domingo, 11 de mayo de 2014

Cavernícolas



Cavernícolas, levantaos. Mear sobre sus cabezas. Cortar el agua y la luz. Hincar el cuchillo profundo. Derrumbar las torres y el oro. Lucir vuestros amuletos de bronce. Limpiar la tierra del exceso de vida. No dejar descendiente alguno del hombre moderno. El hombre profano. Conceder el destierro en contados casos. Rezar de nuevo al único y verdadero Dios Sol para que no queme las cosechas ni vuestros cuerpos. Para que se esconda y deje paso a su hija lluvia y dé vida a vuestros cultivos. Escupir sobre el hierro y el hormigón. Cubrir y rechazar para siempre la sangre negra que recorre las profundidades de la tierra. No os bañaréis más en ella. Ni se la arrojaréis a vuestros hermanos animales. Cavernícolas, levantaos. Gritar y abrir la puerta. Destruir y liberar a los supervivientes de la verdad. Del grito oculto y eterno. Manchaos la boca con el jugo de la muerte. Saboreadlo. Purificados seáis. Cavernícolas, atacad en campo abierto. Las cuevas sólo se destinarán para las pinturas. Cavernícolas, levantaos. No pidáis nada. Cogedlo. Arrebatarlo. Arrancarlo. Vuestro es el presente oscuro y el futuro luminoso.  






viernes, 9 de mayo de 2014

Sangre


La sangre se caldea por la humedad del río. Fluye en riada por las venas. Aprieta mi garganta. Bordea mis ojos. Hierve mi piel. Asfixia mis arterias. Mi cuerpo es una mancha de sangre. Sin ideas ni convenciones. O estúpidos códigos morales manchando la idea original. Mi sangre es igual que la vuestra. Una sangre contaminada. Sucia ante el puñal del sacrificio. Cortada por las cuerdas del laúd. Las diferencias de densidad no son importantes. Mi cuerpo entero es un coágulo rojo. Negro. Muerto.Pero al vomitar, mi sangre, al descomponerme, beberé la sangre que correrá por el río. Porque correrá como se dijo. Y beberemos. Agachados. Ansiosos. Manchados. Satisfechos. De que el río corra delante nuestra. Llevándose vuestra sangre. Nuestra propia sangre contaminada. 




martes, 6 de mayo de 2014

Estallido


Una gran erupción solar va acabar con todo este mundo. Con sus políticos y sus banqueros. Pero también con sus médicos, profesores o arquitectos. Con sus albañiles. Con sus cómicos. Con aquellos que son raíces muertas. Aquellos que caerán tras la última rotación al abismo. Conciencia muerta conciencia viva. Y tras el estallido la agonía se intentará aferrar. A tu cuerpo. A tus tripas. Con sus sucias uñas escondidas bajo unos guantes. Intentando llenarte con la gula de su silo. Que arderá bajo el fuego. El fuego donde podrás arder para morir o vivir. Con el que soltar tu grito ancestral y eterno. Con el que ser uno. Hombre y juez de si mismo. Alejado de la autodestrucción. Del tiempo del no tiempo. Con nuestra presencia infinita bajo el sol. Con el pensamiento perdido. Levantando sobre las ruinas del silo el gigante organismo. Alejado de virus y vacunas. Del control. De sus torturas. Con un espíritu en sinergia.  Brillante y eléctrico. Como el nuevo Sol.