La obesidad mental
bloquea cualquier aliento de movimiento, de acción. Anula los
sentidos y la capacidad sensorial de estos en pro del principio del
miedo por el que están atrapados y escondidos tras el personaje
alimentario en el que te ha convertido. Consumidor de las entrañas
contra las que te eriges y con las que sacias tus complejos y tu
ansia bajo tu tejido mental y carnal. Ensanchando tu miedo y el
polvo pegajoso que recorre tu cuerpo y todo lo que tocas. Ese polvo
grasiento de injurias y escarnios, representación de tu apetito
voraz por ser, de tu apetito insaciable de, de la representación de
una disonancia mórbida y voraz que recrea una y otra vez su propio
menú, cambiando de comensales según tu rancio mecanismo mental
acepta o rechaza las reservas de los individuos conscientes del
cólico profundo en el que te ha sumido tu obesidad mental.
jueves, 14 de abril de 2016
lunes, 4 de abril de 2016
El púlpito
...Aquellos que aspiran con ansias al púlpito con la idealización
de su ideologización de la expresión de su enferma conciencia a
través de sus extremidades desfiguradas por la palabra y la
elevación de la objetividad de su lenguaje y perturbado intelecto,
temerosos frente a la pureza de la tierra y abocados a la verdadera
raíz de su herencia privilegiada y acomplejada frente a la violencia
salvaje natural del hombre que rechaza los púlpitos y los axiomas de
la intelectualidad cobarde y autoritaria que intenta dominar la vida
y el talento despreocupado del animal y el universo que habita en,
con su eterno y múltiple soliloquio disfrazado de, con el único
propósito de la ascensión de su cuantiosa prepotencia temerosa de
la libertad y la muerte...
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