Han venido a hacer la reconquista. La
reevangelización. Aunque la venganza no entre en los planes de Dios todo apunta a ello, a pesar de los quinientos años. Los
predicadores han llegado. Nuestros curas están muertos. Y se
hundirán en la tierra las próximas elecciones. Estos no intentan
fingir ante la ley. Sólo existe la ley de Dios. Que por cierto, no
contempla el trabajo infantil como delito. Ponen a sus hijos de
cuatro años a repartir panfletos con la palabra Dios. Con la palabra
Jesús. Con la palabra vida. Con la palabra HOMBRE. Pero no tienen
tinta para el respeto, la libertad y los derechos, los mismos que ellos
perdieron ante Dios y Castilla. Ni hueco para la palabra MUJER. Qué
retorcida venganza. Matamos sus cuerpos, sus dioses y sus templos y
les dimos lo nuestro, nuestro Dios, y nuestros cuerpos violadores
dentro del gran salón. Y ahora que la visión del desprendimiento
nos ha sido dada tras la racionalización del miedo, aquí están
ellos. Los Predicadores. Primero en busca de los que escaparon con las venas abiertas.
Y después nosotros. Los paganos que un día fuimos padres. Padres de
las hogueras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario