miércoles, 19 de julio de 2017

La muela del juicio.


Ha vuelto la muela del juicio. La última de las cuatro que me quedaba en las encías. Ha vuelto como es costumbre, empujando, inflamándolo todo con fuerza. Como huyendo. Una jodida muela, de qué huye una jodida muela. O qué es lo que quiere. Qué es lo que busca con tanto desgarro. No sé por qué la llaman del “juicio”. Ni lo voy a buscar en google. Me gusta creer que es algo que me pertenece. Que el único juicio que existe es el de nuestro cuerpo, el de nuestra mente. El de nuestra naturaleza. Ningún hombre podrá juzgarme. Ningún hombre tiene el consentimiento. Ahora sólo tengo que esperar este profundo juicio propio. Esperar a que asome siquiera un pico de esa muela. De la última muela. Porque por mucho que empuje no hay sitio para ella en mis encías. Y cuando asome creyéndose vencedora mi dentadura la detendrá. Y tendré que volver al dentista como ya hice con las otras tres. Y rajarme toda la encía para poder sacar esta muela tan contundente, profunda. Enorme y magnífica que no sirve para nada. Sólo para recordarte el único juicio. Y que con aquellos que se quieran apropiar de la competencia...sólo hay una cosa que hacer: acabar con ellos. Unos cuántos puntos lo arreglan todo.



  

2 comentarios:

  1. Estar borracho tol día ayuda, claro que yo lo arreglo todo igual.
    No sé si nos juzga, pero advertirnos no para de advertirnos eso que tu llamas cuerpo o naturaleza y que puede ser llamado de muchas otras formas, el nombre es lo de menos. Pero claro, nos enseñaron a mirar hacia afuera, siempre, a estar preparados para arreglar hasta el más mínimo desconchón de la fachada y, claro, es precisamente ese cuerpo que se queja, que grita, que busca somatizaciones fascinantes, ese cuerpo que olvidamos que tenemos, el que cuando no miramos se dedica a ponernos la fachada perdida, la mayoría de las ocasiones usando nuestras propias heces, y ahí que corremos a limpiar el desaguisado y castigamos al autor con más fachada o más ignorancia. ¡Menuda pescadilla guarnía esta!
    En fin, que me gusta esta entrada porque me habla de ese camino olvidado hacia la conciencia y la individualidad fértil: la del hombre que se sabe hombre, que vive confuso y que, aun así, pelea y busca lo bello.
    Un beso, Onetti

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  2. Estar borracho siempre ayuda, pero si ya lo estaba antes de la muela...voy acabar saliendo en el Ratones Coloraos del futuro. Lo que si te cuento es un secreto: el post operatorio me lo pego a base de gazpacho, ya que no puedo morder que beba algo con sustancia. Desde entonces, desde la primera muela, el gazpacho es mi único Dios. Y sí, el individualismo (el filosófico, existencial, anarquista...) tiene muy mala prensa salvo para vender lo que les interesa. Además ahora estamos en el cambio del paradigma del individualismo capitalista a la llamada "economía colaborativa"...vamos capitalismo pa´pobres tú ya sabes.

    Así que ná, que gracias por tus comentarios y vete por la sombrita.

    Besos.

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