lunes, 17 de noviembre de 2014

Báltico

Entre las cortezas del frío
de máquinas soviéticas
alimento del progreso y el odio
de un pueblo árbol firme ante el leñador
en un eterno invierno
la Diosa Sol fue olvidada
clavada en una cruz
pero las serpientes aún reptan
aunque hayan sido golpeadas y rechazadas
permanecen en la tierra de los bosques
clavando miradas
ojos helados y cristalinos
confusos expectantes
ante la estúpida espalda lejos del bosque
ansiosa del brillo del progreso
un fuego artificial incapaz de mantener viva
la sangre del Báltico.



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