Mi
posicionamiento vendrá con mi expresión artística. Ella hablará
por mi. Yo a través de ella. Conectada con lo que soy, naturaleza y
cosmos. La dialéctica y la retórica la dejaré para los enfermos de
la psique material. Aquellos incapaces de subir al monte, que sólo
abandonan sus tronos de perecimiento para ir al supermercado más
cercano. Preocupados por esconder su herencia y su destino en su
frente imaginario. Stalkeadores moribundos alimentados por el odio y
los juicios del miedo. Incapaces de mirar al sol directamente
sabedores de su fracaso y desesperación. Solos con su discurso
encerrado, en el sistema que dicen querer crear, sin ver la misma
trampa. Su mente ya no es más que un centro de nervios intoxicado y
desconectado del universo. Ese que no les importaría destruir como
han hecho consigo. Porque la palabra ensuciada no es más que el
silencio. Porque la palabra ensuciada es sólo enfermedad sin
recursos para sanarse. Porque no tienen realidad, sólo teoría
muerta con ansias de destrucción. Aquellos que jamás apelarán a la
creación. Y al amor. De ahí que mi posicionamiento venga y vague
libremente. Contra los que jamás serán libres ni quieren que lo
seamos.
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