Mi nostalgia sólo
es consolada por los rayos del Sol,
de este Sol que
cruza el desfiladero
-dejando atrás esos
campos rancios-
donde las ofrendas
nacieron
antes de que los
hombres fueran
agachados
para recoger el
fruto
iluminados y
masacrados
bajo el falso sacrocanto
que ahogó
los cantos de los
pajarillos
antes de que los
hombres olvidaran
silenciados
la cueva de los
muñecos
donde los rayos de
este Sol,
de este Sol que
cruza el desfiladero
ilumina las flores
del campo
y me ofrece su
consuelo.
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