Cavernícolas, levantaos. Mear sobre
sus cabezas. Cortar el agua y la luz. Hincar el cuchillo profundo.
Derrumbar las torres y el oro. Lucir vuestros amuletos de bronce.
Limpiar la tierra del exceso de vida. No dejar descendiente alguno
del hombre moderno. El hombre profano. Conceder el destierro en
contados casos. Rezar de nuevo al único y verdadero Dios Sol para
que no queme las cosechas ni vuestros cuerpos. Para que se esconda y
deje paso a su hija lluvia y dé vida a vuestros cultivos. Escupir
sobre el hierro y el hormigón. Cubrir y rechazar para siempre la
sangre negra que recorre las profundidades de la tierra. No os
bañaréis más en ella. Ni se la arrojaréis a vuestros hermanos
animales. Cavernícolas, levantaos. Gritar y abrir la puerta.
Destruir y liberar a los supervivientes de la verdad. Del grito
oculto y eterno. Manchaos la boca con el jugo de la muerte.
Saboreadlo. Purificados seáis. Cavernícolas, atacad en campo
abierto. Las cuevas sólo se destinarán para las pinturas.
Cavernícolas, levantaos. No pidáis nada. Cogedlo. Arrebatarlo.
Arrancarlo. Vuestro es el presente oscuro y el futuro luminoso.
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