La sangre se caldea por la humedad del
río. Fluye en riada por las venas. Aprieta mi garganta. Bordea mis
ojos. Hierve mi piel. Asfixia mis arterias. Mi cuerpo es una mancha
de sangre. Sin ideas ni convenciones. O estúpidos códigos morales
manchando la idea original. Mi sangre es igual que la vuestra. Una
sangre contaminada. Sucia ante el puñal del sacrificio. Cortada por
las cuerdas del laúd. Las diferencias de densidad no son
importantes. Mi cuerpo entero es un coágulo rojo. Negro. Muerto.Pero
al vomitar, mi sangre, al descomponerme, beberé la sangre que
correrá por el río. Porque correrá como se dijo. Y beberemos.
Agachados. Ansiosos. Manchados. Satisfechos. De que el río corra
delante nuestra. Llevándose vuestra sangre. Nuestra propia sangre
contaminada.
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